Ayer por la noche, dieron de alta al Dié luego de catorce días de internación en el Sanatorio Guemes (la diéresis hoy no vino a laburar) y se fue a una quinta en Ezeiza. Había ingresado con un cuadro de Hepatitis Aguda Tóxica, un cuadro severo según los profesionales que lo asistieron.
La calesita maradoniana pega otra vuelta.
Una vez más comienza otro ciclo en la siempre agitada vida de DAM. Ahora vendrá un período feliz en que, todavía algo sugestionado por todo lo que lo deben haber cagado a pedos su familia y los médicos, va a hacer vida un poco más tranquila, va a adelgazar un poco y, aburrido sin poder salir de joda, saldrá a pulular por la televisión. Se va a hablar de "el regreso del más grande". Irá a algún programa que esté en condiciones de pagarle el desorbitado cachet (favor de pronunciar cashé) correspondiente, aunque ya todos sabemos que va a ser la paquidérmica rubia y veterana conductora cuyo perro de reducidas dimensiones y dudosa orientación sexual se cagó muriendo hace algún tiempo atrás. Quizás le vuelva su esporádico interés por la política y concurra a alguna marcha antiimperialista junto de Hugo Chávez portando alguna remera con inscripciones polémicas estilo "Bush careta" o "Condoleezza capitalista e incogible".
Mancuso le va a insistir que rearme el asunto del showbol y el Diego le va a hacer caso. Va a llamar a Allegue, a Filomeno, a Michael Díaz y a Leite para que se hagan de la partida. A la semana Leite es echado por burro y por intentar pintarle los labios y manosear al Simpson Allegue mientras dormía.
Villaroel le va a ganar de mano a Suar y le va a financiar un nuevo programa de televisión que no va a poder llamarse "La noche del diez" por razones legales y se va a llamar "El anochecer del diez" y va a llevar como estrellas invitadas, entre otras, a Al Pacino, Stephen Hawking y la austríaca esa que estuvo secuestrada ocho años, y les va a preguntar todo a los gritos. Goyco no va a poder acompañarlo esta vez porque va a estar de viaje por Turkmenistán y lo va a reemplazar Bochini haciendo jueguito.
El programa va a terminar luego de 10 emisiones (en la décima va a jugar un picadito contra sí mismo y va a perder) .
Finalizado esto, nuestro Diego Armando va a disponer de mayor cantidad de tiempo libre. Entonces va a tener más tiempo de ir a bailar a Sunset. Un amigo le va a ofrecer un habano para festejar el éxito del programa y va a aceptar. El gordo Palacios va a celebrar un asado y el Dié le va a entrar a las achuras hasta que las arterias canten la marcha peronista. Va a aumentar de peso varios kilos. Se va a dejar crecer la barba ya canosa, va a ir a la cancha de Boca y se va a sentar en el borde mientras Dalma, un mono de seguridad, el novio de Dalma, otro mono de seguridad y hasta la gordita enfermera del '94 lo sostienen de atrás para que no se caiga. Luego, va a desaparecer algunas semanas, no se va a escuchar nada de él ni se lo va a ver en la Bombonera durante un tiempo.
Y un buen día nos levantamos a la mañana y leemos en los matutinos que lo internaron en una clínica de Capital Federal. Se va a armar un revuelo y se llenará de fanáticos algo perturbados como este:

con cartelitos tipo "Fuerza D10s" o "Corrientes está con vos, ídolo". Y así se va finalizar un ciclo y comenzar otro y así sucesivamente. Los medios cubrirán celosamente la estadía del diez en el nosocomio. Y así se terminará otro ciclo para dar comienzo a uno nuevo y etc, etc, etc.
Ojalá su físico privilegiado (¿privilegiado?) le permita resistir muchos ciclos más, y pueda dar de comer a toda la gente que da de comer a lo largo de todas sus etapas.
Reconcilieros, perdón por arruinar el clima, pero es porque posteé, definitivamente.
Posteado por Josele.